El 98% de los cánceres de cuello uterino son causados ​​por una infección por el virus del papiloma humano. Por tanto, una vacuna contra él es la estrategia de prevención más eficaz para evitar este tumor. Hay muchas razones que acompañan a la enfermedad.

Saber responder a estas preguntas es fundamental para su diagnóstico y tratamiento, así como para la prevención. Por supuesto, dependiendo de la patología las dudas quedarán más o menos respondidas. El cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer de cuello uterino, es uno de los pocos tumores con causa conocida: el 98% de los casos son causados ​​por el virus del papiloma humano (VPH).

Esta es una infección que se transmite a través del contacto sexual. Comprenda sus orígenes y, en el Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino (26 de marzo), nunca está de más levantarse y difundir información sobre la prevención del cáncer de cuello uterino. Este tumor es uno de los más comunes en mujeres en todo el mundo, con más de 500.000 nuevos casos reportados cada año.

Tras la infección por VPH y su posterior cronificación, tiene lugar un largo proceso evolutivo hasta la aparición de lesiones precancerosas y el desarrollo de cáncer invasivo. Por ello, la vacunación contra este virus se considera actualmente la mejor estrategia de prevención de este cáncer. Además del cribado y diagnóstico precoz mediante citología y pruebas moleculares del ADN del VPH, su inclusión en los programas de vacunación también permite la prevención de enfermedades.

Según la SEOM, la mortalidad en los países desarrollados ha disminuido en un 70 por ciento debido a la efectividad del cribado con la prueba de Papanicolaou (prueba que detecta las células del cáncer de cuello uterino) y el tratamiento en las primeras etapas de la enfermedad. En cuanto a la vacunación, se realiza a niñas de 11 a 14 años. Además, el Ministerio de Sanidad ha aprobado recientemente el tratamiento de todos los niños de 12 años de 2023 a 2024, porque los hombres no sólo pueden infectarse y propagar el virus, sino también desarrollar otros tumores relacionados, como el de orofaringe.

Aunque se ha demostrado que las vacunas bivalente y tetravalente (la primera protege contra dos tipos de VPH y la segunda contra cuatro) previenen el cáncer de cuello uterino relacionado con el virus en el 63% de los casos, se estima que la nueva vacuna, nueve. La vacuna valente (que protege contra nueve serotipos) puede reducir la incidencia de este cáncer hasta en un 73%. Al igual que la vacuna contra el VPH, el cribado del cáncer de cuello uterino es una estrategia de prevención eficaz contra este tumor.

La citología cervical mediante la técnica de Papanicolaou tiene una baja sensibilidad para diagnosticar lesiones de alto grado, pero tiene una alta especificidad. Combinadas con la citología, las pruebas moleculares del VPH pueden detectar estas lesiones con una sensibilidad de hasta el 96%. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) destaca la importancia de examinar periódicamente a las mujeres para diagnosticar y encontrar tumores y sus precursores en sus fases iniciales o cuando aparecen síntomas o se advierten problemas para visitar al ginecólogo lo antes posible. posible.

Los principales síntomas o signos del cáncer de cuello uterino son:

  • Manchado o sangrado leve durante o después de su período.
  • El sangrado menstrual es más prolongado y frecuente de lo habitual. Sangrado después del coito o durante un examen pélvico en el consultorio del ginecólogo.
  • Aumento de la secreción vaginal. Los expertos recuerdan que aunque el VPH es la principal causa del cáncer de cuello uterino, también se deben considerar otros factores de riesgo relacionados con un estilo de vida poco saludable, como el tabaquismo o el alcohol.

Por ello, recomiendan desarrollar hábitos saludables como la actividad física regular y una dieta equilibrada.