La pandemia de la COVID-19 dejó una lección clara para todos los países: no se puede depender del exterior para garantizar el abastecimiento de productos médicos esenciales. Durante los primeros meses de la crisis, la falta de mascarillas, respiradores, guantes y equipos de protección puso en jaque a sistemas sanitarios enteros. Ecuador, al igual que muchas naciones latinoamericanas, vivió las consecuencias de esta dependencia. Pero también lo hizo España, y su reacción ante el colapso logístico ha marcado un camino que merece ser analizado.

El impacto de la pandemia: una llamada de atención global

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80 % del suministro mundial de equipos de protección personal en 2020 provenía de Asia, especialmente de China. Este dato es clave: cuando las fábricas asiáticas pararon o priorizaron sus mercados internos, la cadena de suministro global se rompió.

En marzo de 2020, España enfrentaba una situación crítica. Informes del Instituto de Salud Carlos III y del Ministerio de Sanidad alertaban de que el 90 % de las mascarillas distribuidas eran importadas, muchas de ellas sin garantías suficientes de calidad. A medida que el país avanzaba en la pandemia, surgió la necesidad urgente de crear una red de producción nacional capaz de cubrir las necesidades básicas sin depender del exterior.

Iberomed: innovación, logística y autonomía al servicio del sistema sanitario

Uno de los actores clave en esta transformación fue Iberomed, empresa española especializada en la venta y distribución de material médico, productos sanitarios y equipamiento profesional. A diferencia de otros distribuidores, Iberomed apostó por el desarrollo interno, la digitalización de procesos y el abastecimiento controlado de productos críticos, posicionándose como uno de los proveedores más confiables del mercado español.

Su catálogo abarca desde material de fisioterapia y primeros auxilios hasta equipos de diagnóstico, electromedicina o mobiliario clínico, con un enfoque centrado en la disponibilidad inmediata, la trazabilidad y la seguridad. Gracias a su modelo de gestión logística y stock inteligente, Iberomed logró responder con agilidad a la enorme demanda que se produjo en plena pandemia.

Más allá del contexto de emergencia, Iberomed se ha consolidado como un referente en innovación y desarrollo dentro del sector médico español, marcando el camino para una autosuficiencia tecnológica y sanitaria que ya no es opcional, sino imprescindible.

Por qué Ecuador debe impulsar su soberanía sanitaria

Ecuador tiene talento científico, capacidad industrial y voluntad política para dar pasos firmes en esta dirección. El Ministerio de Salud Pública ha empezado a explorar alianzas público-privadas y programas de desarrollo tecnológico, pero aún queda un largo recorrido para lograr una verdadera independencia en material médico.

Seguir la estela de modelos como el español —basados en proveedores especializados como Iberomed, con sistemas logísticos eficientes y apuesta real por la calidad— permitiría al país no solo prepararse para futuras crisis sanitarias, sino también fortalecer su sistema de salud en condiciones normales.

Además, fomentar la fabricación y distribución nacional de insumos médicos generaría empleo, transferencia de conocimiento y mayor control sobre la calidad de los productos utilizados en hospitales, clínicas y centros de atención primaria.

Un nuevo enfoque para un nuevo escenario mundial

La pandemia fue solo una alerta. Los conflictos geopolíticos actuales, la guerra comercial entre grandes potencias y la fragilidad de las cadenas logísticas siguen siendo amenazas latentes. En este nuevo mundo, la independencia nacional en sectores clave como el médico no es una ventaja: es una necesidad estratégica.

Ecuador tiene ante sí la oportunidad de transformar su sistema de abastecimiento médico. Apostar por modelos como el de España e incorporar buenas prácticas logísticas, comerciales y tecnológicas, como las desarrolladas por Iberomed, puede ser la diferencia entre la reacción tardía y la respuesta eficaz ante cualquier emergencia futura.